Habitante palpitante


Mejor que habitar la ciudad, palpitar la ciudad. Es cuando dejas que la ciudad habite dentro en ti.  Cuando circulas por sus arterias y la sientes en tus venas. Cuando más que escuchar sus ruidos, la sientes resonar y retumbar en tu interior. Cuando el ritmo acelerado de sus personas y sus vehículos, sus calles, sus avenidas y sus semáforos,  se acompasan al latido de tu corazón. Habitante palpitante. 



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